León Spilliaert está considerado actualmente como una de las figuras más significativas de la historia del arte en Bélgica. Nacido en Ooestende es, junto a su contemporáneo James Ensor, el pintor que mejor se sumerge en el ambiente de su ciudad.
Spilliaert comienza a pintar alrededor de los años 1889-1900. Sus primeras obras acusan un marcado carácter simbolista, gracias a sus gustos literarios y también a las estrechas relaciones que mantuvo con los poetas de su época.
La pasión que Spilliaert siente por el mar proyecta en muchas de sus obras: las dunas, el dique, el faro, marinas de tonos sombríos, la playa o la figura del paseante solitario junto a la costa son algunos de sus temas más recurrentes.